Además de prevenir situaciones de riesgo, el Compliance es una ventaja competitiva para las empresas que lo implantan
Así es, el Compliance es una ventaja competitiva para las empresas que deciden implantarlo en su estructura organizativa y funcional.
Para los no iniciados, un Programa de Compliance pretende identificar, prevenir y/o mitigar posibles situaciones de riesgo para la empresa. Para ello, se establecen determinadas pautas en sus procesos y se fijan indicadores y controles que le alerten sobre esos posibles incumplimientos.
En España, desde la modificación del Código Penal de 2010, las empresas también pueden ser acusadas por la comisión de delitos (en su mayoría, delitos económico-financieros, pero también delitos medioambientales, contra el mercado y los consumidores, de corrupción, etc.).
Y los Programas de Compliance se han revelado como la herramienta más eficaz para prevenir determinadas conductas por parte de sus directivos, empleados y socios de negocio, que podrían poner en peligro la continuidad de la empresa.
Sin embargo, los beneficios del Compliance no se reducen a la prevención, sino que van más allá, erigiéndose como ventaja competitiva para las empresas.
Más allá de la prevención
Más allá de esa importante labor de prevención, el Compliance aporta a la empresa una ventaja competitiva respecto de sus competidores.
Entre otras ventajas y beneficios, la implantación de un Programa de Compliance permite a la empresa:
- Acceder a nuevos mercados y clientes. Cada vez es más usual que, para acceder a nuevos mercados o clientes, la empresa acredite la efectiva implantación de un Programa de Compliance. Por ejemplo, las grandes marcas comienzan a exigir que, para continuar siendo sus proveedores, estas empresas se alineen con sus políticas de Compliance.
- Optimiza sus recursos internos y fomenta el ahorro. Gracias a un mejor conocimiento de su funcionamiento, el Programa de Compliance permite identificar áreas de mejora, aprovechar mejor sus recursos internos y fomentar el ahorro de costes.
- Mejora su posición en procesos de contratación o licitación pública. Ante un posible empate entre licitadores, el Programa de Compliance puede resultar definitivo en la adjudicación de ese contrato público a una u otra empresa.
- Facilita la elaboración de sus Balances Sociales y consolida su posición de empresa socialmente responsable. Gran parte de la información que la empresa deberá presentar en sus EINF (Estados de Información no Financiera), puede encontrarse en el Programa de Compliance previamente implantado.
- Genera confianza y transparencia ante clientes y proveedores, pues ven cómo la empresa aplica efectivamente su misión, visión y valores en su actividad diaria.
Impacto positivo en sus resultados
En definitiva, la implantación del Compliance en la empresa supone un viaje que debe comenzar por la aplicación de una verdadera cultura ética en los negocios.
Ya en una segunda etapa, resulta imprescindible que la empresa adopte, en su día a día y de forma efectiva, Políticas de Buen Gobierno Corporativo, que le ayuden a identificar, controlar y prevenir determinados riesgos.
Además, la empresa deberá designar a una persona, con capacitación profesional, autonomía e independencia, como encargada de vigilar y controlar el correcto funcionamiento de su Programa de Compliance (cargo que se ha denominado como “Compliance Officer”). Y también deberá establecer un Canal Ético o de Denuncia, que permita, de forma interna y externa, alertar a la empresa de cualquier situación que la pueda poner en peligro.
Si todas las anteriores etapas se completan satisfactoriamente, será inevitable que la empresa consiga a medio plazo un impacto positivo en sus resultados. Y todo ello gracias al Compliance.