Todo buen emprendedor Fintech, además de inversión, debe buscar protección legal para su proyecto tecnológico
¿Qué es el Fintech? El término surge de la contracción en inglés de las palabras “finance” (finanzas) y “technology” (tecnología). Y en él se aglutinan herramientas tecnológicas, empresas, startups y nuevos proyectos que surgen para prestar servicios vinculados al sector financiero, aprovechándose de las nuevas tecnologías.
Por citar algún ejemplo, estaríamos refiriéndonos a aquellas herramientas tecnológicas que agilizan los procesos de gestión bancaria (apps, banca online o móvil). O también permiten un mayor control de sus aspectos financieros (asesoramiento online, criptomonedas, préstamos, seguros, crowdfunding, etc.).
Así, el servicio se presta de una forma diferente a la presencial, trabajando con tecnología, programación, algoritmos, el aprovechamiento del big data, etc. ¿Y para qué? Pues para ofrecer un servicio más personalizado, a gusto del usuario, recogiendo información precisa y disponiendo de gran cantidad de información de toda índole.
Por ello, se hace necesario que todas estas herramientas estén bien protegidas desde un punto de vista legal, tanto de cara al consumidor o usuario, como de cara a la propia empresa.
Protección legal
Toda empresa que preste servicios de esta naturaleza debería protegerse legalmente a través de diferentes políticas, documentos y contratos que, a modo de ejemplo, citaremos a continuación:
- Elaborar los contratos de diseño y desarrollo de las plataformas o aplicaciones que pretenden introducir en el mercado.
- Registrar de la marca o la patente.
- Elaborar los contratos y acuerdos entre las diferentes partes implicadas, sobre todo, cuando se recurre a la externalización para el desarrollo de la herramienta y/ los servicios.
- Redactar los avisos legales o términos y condiciones, cumpliendo con las adecuadas políticas de privacidad y de cookies, condiciones de contratación del servicio, etc.
- Adoptar las medidas de seguridad necesarias para la custodia de la información, cumpliendo con la normativa de protección de datos.
- Suscribir los correspondientes acuerdos de confidencialidad y secreto profesional por parte de todos aquellos que trabajen con datos recabados por la empresa.
El Fintech, como presente y futuro más inmediato
Aunque inicialmente no las tengamos identificadas como tal, debemos saber que existen herramientas que, en nuestro día a día, ya hacemos servir y que ofrecen soluciones basadas en tecnología Fintech. Por ejemplo:
- La firma digital o eléctronica, que permite identificarnos de manera inequívoca y asegurar la integridad del documento que firmamos.
- Los reconocimientos faciales o táctiles, que se emplean para identificar un usuario y desbloquear un dispositivo o autorizar un pago.
- Los programas informáticos CRM (gestión de las relaciones con los clientes) o ERP (planificación de recursos empresariales), que permiten automatizar determinados procesos de la empresa, como realizar pedidos, emitir facturas, controlar envíos, etc.
- Los softwares de GRC (gobernanza, gestión de riesgos y cumplimiento), que nos ayudan a gestionar, controlar y monitorizar los posibles riesgos derivados de un determinado proceso o actividad, cumpliendo con la normativa en materia de prevención de blanqueo de capitales, normas UNE-ISO, etc.
- Las plataformas digitales de recepción de denuncias (también conocidas como Canales Éticos o de Denuncia), que nos facilitan la comunicación confidencial y/o anónima de posibles incumplimientos en las empresas, cumpliendo con las exigencias de la reciente Directiva Europea 1937/2019.
Pues bien, este tipo de herramientas son el presente y el futuro más inmediato. Como comentaba Rafael Sánchez en el artículo titulado “El uso de las TICs en el ámbito del Compliance” , éstas han llegado para quedarse. Y que cada vez será más frecuente el uso de este tipo de herramientas, permitiéndonos prestar un servicio más eficiente, seguro y profesional, si cabe.
¿Y tú, te atreves a apostar por la tecnología para que tu negocio ofrezca nuevas soluciones financieras o las mismas, pero de un modo diferente? ¿Apostarías por utilizar también herramientas que permitieran que tu trabajo, por ejemplo, como abogado, asesor, gestor, etc. fuera más ágil y efectivo? Apuesta por el presente. No des la espalda a esta nueva normalidad, donde la tecnología y la experiencia o profesionalidad humana, conviven.